¿Qué tal?
Aquí os dejo el siguiente capítulo de mi fic. ¡A leer y a comentar, eh! ¡Que me
enfado! (nah, es broma) xD
-¡No, no,
así no, alguien está cantando una nota por encima del resto! Quien sea, que
espabile –dice Aubrey, al frente del grupo.
Ya han
pasado treinta minutos, supongo que falta poco para irnos.
-¡Hemos
terminado por hoy! –Dice Aubrey–. Mañana a la misma hora. Y no quiero vagas
–dice, mirando directamente a Amy.
Salimos del
auditorio, cuando veo a alguien en la puerta esperando.
-¿Jesse?
–pregunto, extrañada.
-Sí, ése
soy yo. ¿Qué tal el ensayo? Nosotros lo llevamos bastante bien.
-Ah, pues…
-¿Qué hace
éste aquí? –pregunta Chloe.
-No lo sé.
-¿Qué pasa?
¿No puedo recoger a mi chica?
-¡¿Tú qué?!
–exclamamos Chloe y yo a la vez.
-Jesse, no
soy tu chica.
-Lo sé, era
para ver cómo reaccionabas.
-No podéis
salir por ahí los dos, somos de grupos contrarios, y tenemos una regla muy
estricta sobre ello –dice Chloe con aire altivo.
-Vuestras
reglas son estúpidas –responde él–. Beca, había pensado en ver una peli los
dos, ya que te muestras tan escéptica sobre las películas. Creo que he
encontrado una que puede gustarte entre mi inmensa colección.
-¿Es que no
escuchas? Beca no puede ir contigo –Chloe se enfada y me toma del brazo,
tirando de mí hacia ella y nos alejamos ante la atónita mirada de Jesse.
-Chloe,
tampoco hacía falta ponerte así.
-¿Qué no?
¿No te tomas en serio nuestras reglas o qué?
-Sí.
-Entonces,
dime… ¿habrías ido con él a ver esa película?
-Pues… no
sé.
-Ajá.
-No,
definitivamente no, no me gustan, ya le has oído.
-Pues
entonces ¿por qué no le has dicho directamente que no?
-Me ha pillado de sorpresa, ni siquiera sabía que iba a venir. Pero me da pena que haya venido para nada.
-Me ha pillado de sorpresa, ni siquiera sabía que iba a venir. Pero me da pena que haya venido para nada.
-Es culpa
suya el haber venido.
-¡Chicas,
venid, que tenemos que hablar! –dice Aubrey haciéndonos un gesto.
-¿Qué pasa?
–preguntamos.
-¿No os
habéis olvidado de algo?
-¿De qué?
–pregunta Chloe.
-Chloe, tú
mejor que nadie deberías acordarte. ¿Qué pasa el viernes?
-¡La
fiesta! –exclama, con los ojos muy abiertos–. ¡No puedo creer que lo haya
olvidado!
-Exactamente. A ver –dice Aubrey, dirigiéndose a todas–. La fiesta de los grupos, de la que habréis oído hablar, es este viernes, a las nueve. Es obligatorio ir, aunque, ¿acaso es un sacrificio para alguna de vosotras?
-Exactamente. A ver –dice Aubrey, dirigiéndose a todas–. La fiesta de los grupos, de la que habréis oído hablar, es este viernes, a las nueve. Es obligatorio ir, aunque, ¿acaso es un sacrificio para alguna de vosotras?
-¡¿Una
fiesta?! ¿Bromeas? ¡Claro que todas queremos ir, va a ser la bomba! -Exclama
Amy, y las demás asentimos, sonriendo.
-Pues
perfecto. Y ya sabéis, o por lo que veo, hay alguien que no, así que lo repito:
nada de relacionarse con los chicos de los grupos rivales –me dirige una mirada
de enfado.
-¡Que yo no
le dije que viniera!
-Pues si ha venido, será que os conocéis. ¿No es ése el chico de la cafetería? –pregunta Chloe.
-Pues si ha venido, será que os conocéis. ¿No es ése el chico de la cafetería? –pregunta Chloe.
-Sí, el
mismo. Yo no sabía que era del otro grupo al principio, le conocí en la emisora
donde trabajo. En la cafetería, después de hablar de varias cosas sin
importancia, ahora creo recordar que algo me dijo sobre que cantaba en un
grupo…
-¡Ah, ahora
te acuerdas! –Exclama Aubrey–. Pues dejando de lado tu malísima memoria, que
espero que no influya a la hora de cantar, ya que te has dado cuenta es motivo
de que dejes de hablar con él.
-¡Pero si
trabajamos en el mismo lugar!
-Pues limítate a no quedar con él cuando te lo proponga –dice Chloe mosqueada.
-Pues limítate a no quedar con él cuando te lo proponga –dice Chloe mosqueada.
-Vale, ya
lo pillo. Tampoco es que le conociese tanto como para considerarle un amigo.
-Y
obviamente él tampoco, él parece que quería ir más allá –dice Chloe más
enfadada.
-¿A qué
viene eso?
-¡Oh, por
favor, como si no lo supieras! –dice ella, cruzándose de brazos y poniendo los
ojos en blanco.
-Emm…
chicas, creo que esto se va a poner muy feo
–dice Cynthia-Rose a las demás en bajo.
-Puede que
haya notado que le gusto. ¿Y a ti qué más te da? –respondo, en un tono algo
enfadado.
-¿Que qué
me importa? ¡Pues sí me importa!
-¿Y por qué?
-¿Y por qué?
-¡Pues
porque… porque no puedes hablarte con alguien de los otros grupos, ya lo hemos
dejado bien claro Aubrey y yo! –dice, más enfadada.
-Chloe,
creo que ya lo ha entendido –Aubrey pone una mano en el hombro de su amiga.
-¡No, yo
creo que no!
-¿Y el
chico con el que sales, ése no es de otro grupo?
-¿Qué?
¿Cómo…? ¿Cómo sabes que salgo con alguien? –responde, desconcertada.
-Os vi
besándoos el otro día cuando estaba en el césped. ¿Y ése no cuenta? ¡A lo mejor
a mí no me apetece tampoco que salgas con ése cabeza hueca!
-¡Él no es de ningún grupo a cappella!
-¡Él no es de ningún grupo a cappella!
-¡Me da
igual! ¡Si tú puedes quedar con otra gente que no sea de nuestro grupo, yo
también!
-No sé por
qué me da que no están hablando del tema que pensamos –dice Cynthia-Rose a las
demás, que están sorprendidas de lo rápido que nos hemos puesto a discutir.
-¡Pues
queda con el friki cinéfilo ése! ¡Allá tú! –responde ella, más enfadada que
nunca.
-¡Y tú con
el musculitos descerebrado ése! ¡No sé ni qué coño le ves! –exclamo, y me callo
al darme cuenta de lo último que he dicho –. Me voy –doy media vuelta y camino
en dirección a mi cuarto. Hacía tanto que no tenía una pelea así con nadie… y
ahora me peleo precisamente con ella. Pero no tenía derecho a decirme lo que
puedo hacer o no con mi vida. Y tú
tampoco a decirla que no te apetece que salga con su novio –dice una voz en
mi cabeza. Niego con la cabeza para mí misma, y cuando llego a mi cuarto, no
está Kimmy-Jin, mi insoportable compañera de cuarto. Me desplomo sobre la cama,
hundo mi cabeza en la almohada y ahogo en ella un grito de rabia y de todo lo
que llevo dentro. Ahora que todo iba tan bien, y se ha complicado por una
estupidez.
No tengo ganas
ni de mezclar. Ni de nada que no sea echarme la culpa por haberla dicho lo que
la dije. Faltan dos días para el viernes, y no quiero ir a una fiesta en este
plan. Pero de todas formas, ¿acaso me iba a hacer sentir mejor hacer la paces
con ella, sabiendo que ella va a seguir saliendo con el tipo ése? No, porque no
le va a dejar. Bah, no sé qué hacer.
Al rato
llaman a la puerta.
-¿Quién es?
-Cynthia.
-Mmm… vale,
pasa.
-¿Qué tal
te encuentras? –se acerca donde estoy y se sienta a mi lado.
-¿Por qué
iba a encontrarme mal? ¡Estoy perfectamente!
-Ya, claro.
Mira guapa, que no nací ayer. Está claro que estabas mosqueada con ella porque
ella sale con alguien, y ese alguien no eres tú. ¿O me equivoco?
–... –la
miro sin saber qué decir.
-Lo que
pensaba. Mira, lo mejor será que os disculpéis la una con la otra, porque no ha
tenido más culpa ella que tú. Os habéis puesto a discutir las dos, tú la
seguiste la corriente, y mira lo que ha pasado.
-¡Pero es
que…!
-Shh… no, nada de peros. Coge el móvil y mándala un mensaje.
-Shh… no, nada de peros. Coge el móvil y mándala un mensaje.
-¡Pero si
no tengo su número!
-¿Ah no? Y
el otro día cuando comimos todas juntas, ¿no nos dimos el número?
-¡Es
verdad! No me acordaba –exclamo, no sé por qué, pero sonrío.
-Sois
iguales las dos. ¡Qué memoria de pez, por favor! –hace un gesto negativo con la
cabeza.
-Vale,
pero… a ver qué le pongo.
-¿Qué tal
esto? –Me coge el móvil y se pone a escribir. Después me muestra la pantalla:
“Holaaaa! Soy Beca. Mira, estoy muy
arrepentida por lo de antes, siento haberte dicho esas cosas. Pero es que cuando
te veo me pongo hecha una moto porque estás cañón. Entiende que me comporte así
cuando estás cerca de mí, ya no puedo soportar estar más tiempo separada de ti.
¡Cuando te vea te voy a pegar un beso en tós los morros que vas a flipar! xoxo”
-¡La madre
que te parió! –Exclamo, enfadada y ojiplática –. ¡No se te ocurra darle a
enviar, no voy a mandar eso! ¿Y por qué pones tantas “a” en hola?
-Para que
vea que te mola cantidad.
-Cynthia,
dices tú de Stacie, pero creo que eres tú la que estás enferma.
-¡Me ofendes!
¡Sólo trato de ayudar a una amiga! –hace un gesto de falso dolor, y me hace
reír. –No lo enviaré, pero reconoce que es lo que piensas de verdad.
-Pues no…
no tan… así.
-¿Tan así?
¿Dónde aprendiste a hablar?
-¡Me
refiero a que tú eres demasiado directa!
-Bueno,
pues tú también deberías.
-No puedo,
esas cosas me cuestan bastante. Y además…
-¿Además,
qué?
-Que no
quiero que se entere de que me gusta, porque a ella claramente le gusta ese
gilipollas –me tenso y aprieto los puños.
-¡Wow, para
el carro! ¿Y qué si está saliendo con él? Puede que se arrepienta y salga con
otra persona.
-¿Con otro
imbécil del equipo de fútbol?
-¡No,
tonta, contigo!
-¡Anda ya!
–miro hacia abajo.
-Mira, si
algo sé es identificar a la gente que entiende.
Y Chloe te digo yo que algo de interés sí que tiene en ti. ¿No me
escuchaste cuando dije aquellas cosas estando en la ducha? ¡Iba en serio!
-Pues creo
que por una vez te equivocas.
-Piensa lo
que quieras. Me tengo que ir, tú mándale ese mensaje para que todo esté como
antes, y lo demás ya se verá –guiña un ojo y se va, cerrando la puerta tras de
sí.
Me
encuentro más animada tras haber hablado con ella, es como si la carga que
llevo encima pesara menos. Al menos ella me comprende. Bueno, vamos a mandar el mensaje de una vez –digo para mí misma.
Borrador 1
“Hola. Soy Beca. Perdóname por lo de
antes”
¡Qué soso!
A ver si se me ocurre algo mejor…
Borrador 2
“Holaaaa! Soy Beca y estoy deseando
verte para que podamos hablar y hacer las paces, te echo de menos”
¡No,
demasiadas “a”! Parece que estoy desesperada. ¡Y demasiado ñoño!
“Holaa! Soy Beca, quiero que sepas
que lo de antes fue un error, no quise decir esas cosas, fui demasiado
desagradable contigo y no te lo mereces. Espero que podamos arreglar esto y
volvamos a ser amigas. xoxo”
Así mejor.
Mando el mensaje y espero nerviosa a que se ilumine la pantalla con su
respuesta. Pasa un minuto y nada. ¡Seguro que está enfadada todavía! ¡No tenía
que haberle mencionado al tío ése con el que sale ni decirle que no le vea!
¡Ahora se pensará que soy una estúpida y que ojalá no me hubiese hablado nunca!
Y seguro que se arrepiente de haberse dirigido a mí el primer día en el campus,
y así no estaría en el grupo. Seguro que piensa que si no estuviese en el grupo
todo iría mejor, que como no sé bailar no merece la pena tenerme en el equipo.
Y sobre todo, pensará: ¡Qué mensaje más
tonto! ¡Espero que esta friki de los mixes y el friki cinéfilo se pierdan por
ahí y así no distraen más a Las Bellas!
-¡Biip,
biip! –suena mi móvil. Lo cojo, nerviosa, y veo que es Chloe. Espero que no sea
demasiado malo lo que me tenga que decir.
“Sé que no lo decías en serio, que
estabas molesta por haberte dicho que no puedes salir con él, y por eso me
dijiste que no saliese yo con mi chico. Bueno, haremos una cosa, sal con él, y
que esto quede entre tú y yo, nadie más lo sabrá, ¿vale? ;)”
¡¿Qué?!
¿Pero es que esta chica no se empana de nada o qué? Cojo mi móvil y la pongo
otro mensaje como respuesta:
“¡Chloe, no se trata de Jesse y yo!
¡Él no me gusta, sólo me cae bien! Sólo quiero que nosotras estemos bien, sin
pelearnos ni nada. Él no importa y no sé por qué le metes en esto, si está
claro que estoy hablando de nosotras. ¿Podemos vernos un rato?”
¡Uy! ¿No me
habré delatado con lo de “hablando de nosotras”? No, no creo que lo capte.
“Ah. Vale, pues sí, si te parece
puedo ir a verte ahora, Aubrey está preparando un trabajo y se está volviendo
loca, y me está volviendo loca a mí también. Ahora mismo voy para allá”
¡Oh, Dios
mío! ¡Va a venir aquí, a esta habitación! Tan pequeña, y sólo nosotras dos…
¿dónde está Kimmy-Jin cuando se la necesita? Estoy de los nervios, me va a dar
algo, no puedo creer que venga aquí en serio. Pensé que iríamos afuera, a un
espacio abierto. Si estoy nerviosa y estoy en un espacio cerrado me agobio.
Bueno, tranquila, no pasa nada. ¡Sí que
pasa, arréglate un poco antes de que venga! ¡Venga esa melena, a peinar, a
peinar, Beca!
Me levanto
de golpe, estiro el edredón de mi cama y recojo alguna sudadera que tengo
desparramada para que vea que soy ordenada. ¿Ordenada?
¡Eres un desastre! ¡Estúpida voz interior, no sé si tengo un Pepito Grillo
dentro o me estoy volviendo loca!
Me pongo
frente a un espejo de cuerpo entero que tengo y me acicalo. Estoy bastante
decente, o eso creo. Miro por la ventana, veo a gente yendo de un lado para
otro, charlando alegremente. ¡Ay Dios! ¡Va a estar aquí en nada! Noto a mi
corazón latir como un poseso y me decido a sentarme y ponerme a escuchar mi
iPod en un volumen no muy alto para oírla cuando llame a la puerta.
-Toc, toc.
Soy yo, Beca.
-Voy
–respondo, quitándome los auriculares y viendo en el espejo que se me ha ido un
mechón al lado contrario de la cabeza–. ¡Mierda,
peine, peine, peineee! –Veo el peine en mi cama y me peino de forma que
esté mi cabello en su sitio, con una cinta en medio–. ¡Hola, Chloe! –Digo al
abrir la puerta–. Pasa.
-Me alegra
que me enviaras el mensaje. Pensé que estarías tan enfadada que ni si quiera
volvería a verte en los ensayos. Hubiese sido una lástima.
-Tampoco
habría pasado nada si yo no estuviese en el grupo.
-¿Bromeas?
¡Todo lo contrario! No puedo creer que pienses eso.
Nos
sentamos en la cama y después de unos segundos, dice:
-¿Entonces
Jesse y tú no…?
-¡Chloe,
por amor de Dios! ¡Jamás de los jamases voy a salir con ese chico! Te lo repito
por enésima vez.
-Vale
–exhala aire. Parece aliviada.
-Ya no va a
haber más problemas con lo de esa regla, podéis estar tranquilas.
-Pues sí,
mucho.
-Tampoco
era algo muy grave, pero bueno, que lo entiendo.
-Entonces…
¿estamos bien?
-Sí
–asiento. Y aunque ya te lo dije en el mensaje, de verdad que no sé qué me
pasó, estaba como poseída por…
-¿Por el
ritmo ragatanga? –dice Chloe, con una sonrisa y los ojos abiertos como una
loca.
-¿Cómo?
¿Qué es eso? ¡No me digas que es una de esas canciones antiguas que tenemos que
cantar!
-¡Ja, ja, ja! ¡No, boba! Es de una canción, se llama Aserejé, es de Las Ketchup, fue un gran éxito hace unos veranos, es que estuve en España de vacaciones con mi familia y nos las ponían en los chiringuitos.
-¡Ja, ja, ja! ¡No, boba! Es de una canción, se llama Aserejé, es de Las Ketchup, fue un gran éxito hace unos veranos, es que estuve en España de vacaciones con mi familia y nos las ponían en los chiringuitos.
-¡Ah, como
la Macarena!
-Sí, pero
menos cutre, era divertido, no tenía ningún sentido la letra, pero oye… ¿qué
tiene sentido en esta vida?
-¿Y cómo
has dicho que era?
-Dice
“poseído por el ritmo ragatanga”.
-¿Rakatanga?
-¡Ragatanga!
-¡Rajatanga!
-¡Rajatanga!
Nos
empezamos a descojonar de risa y dejamos el tema.
-Bueno,
pues eso, que es como si no fuese yo misma, nunca me había puesto así. No desde
que iba al instituto, al menos.
-No pasa
nada, yo también me puse demasiado dramática.
-Pues sí.
-¡Oye!
-Es la
verdad –me encogí de hombros.
-Bueno, sí,
la verdad es que me puse un poquito furiosa –hizo un gesto con los dedos.
-¿Sólo un
poquito? Bueno, da igual. No volvamos a pelearnos nunca más, ¿vale?
-Nunca más.
Aca-abrazo de reconciliación –dice, y me abraza muy fuerte.
Aún estoy
que no me lo creo, es como si ocurriese a cámara lenta. ¡Es un simple abrazo, Beca, no seas tonta! Después, nos separamos.
-Bueno,
tengo que irme, aún me falta hacer un análisis de texto de literatura.
-¿Ah,
estudias Literatura?
-Sí, quiero
convertirme en catedrática de universidad en Literatura.
-¡Ya
querría yo una profesora como tú en mi carrera! -¡Beca, que la lías parda! Chloe me mira desconcertada, así que
añado rápidamente -¡Una profe simpática y eso, como tú! Que en mi carrera nos
dan clase una pandilla de amargados –me río nerviosamente y me paso una mano
por la nuca.
-¡Ah! Ya,
bueno –sonríe. ¡Uff, por poco!
Después, se
marcha y nos despedimos, y me da un abrazo.
-Nos vemos
mañana, Beca –sonríe y se da la vuelta, mientras su pelo a lo L’Oreal le bota sobre los hombros y me
quedo embobada mirándola. ¿Es un halo de luz lo que la ilumina? Parece un
ángel… Beca, es la luz del final del
pasillo, que da hacia ella. Se te va la olla. Mi conciencia tiene razón,
cada vez estoy peor.
Y hasta
aquí puedo leer. Nos vemos en el siguiente post. ¡Bye! ^^